La invitación de boda, en particular, es uno de los recuerdos que permanecerán en la memoria de los novios y de todos los invitados. Una invitación de boda personalizada es una gran idea porque significa tener una pieza única y muy personal que define a la pareja. Hay varias formas de personalizar tu invitación, pero sin duda una de las más bonitas será la invitación de boda de estilo tipográfico.

Como ejemplo, nuestra pareja Bruna y Daniel eligió una invitación de boda floral muy romántica con acuarelas y un monograma que nos llenó los ojos. La invitación presenta un monograma rodeado por un marco circular dorado y adornado con una acuarela floral en varios tonos celestes y pequeñas gotas esparcidas por el papel. En esta invitación utilizamos un monograma caracterizado por una caligrafía de líneas finas y sinuosas. En el reverso de la invitación desarrollamos una línea de tiempo muy minimalista que cuenta la historia del día especial planeado por los novios y supone un soplo de aire fresco frente a los típicos textos apresurados. Esta invitación combina el dorado con tonos azules en toda la invitación y en las piezas que la complementan. Como toque final, desarrollamos una pequeña banda azul que rodea la invitación y contiene los datos de contacto personales de los novios. Ésta, a su vez, se envuelve en un sobre de papel sulfurizado sellado con un sello dorado, transformando la invitación en una pieza rica y llena de detalles por descubrir.